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David Lodge (1935-2025) fue un
novelista, profesor y crítico literario londinense. Murió hace apenas un mes. Tuve
conocimiento de su existencia y de su obra gracias a la noticia de su
fallecimiento. Puestos a leer algo de él, elegí la novela que a decir de casi
todo el mundo es la mejor. Y aquí me tienen.
Intercambios.
Historia de dos universidades (1975) cuenta las peripecias sufridas por
dos profesores universitarios durante un semestre de 1969. Uno de ellos, Philip
Swallow, es británico; imparte clases en la universidad —ficticia— de Rummidge,
en el centro de la isla. El otro, Morris Zapp, norteamericano, da clases en la
universidad —ficticia— de Euforia, en la costa oeste. Ambas universidades
poseen equivalentes reales que los críticos se han encargado de dilucidar. La
novela —titulada Changing Places en inglés y Changement de décor
en francés— basa su argumento en un intercambio entre los dos profesores. Por
cuestiones del azar, pero verosímiles, ambos acaban viviendo en casa del otro y
durmiendo con la mujer del otro, de manera que el intercambio de papeles es
total. La novela pertenece a esa sabrosa época de la literatura en la que la
sociedad no era tan pesimista como ahora y sobraba talento para escribir como a
uno le apeteciese, sin pensar en el mercado, y atreviéndose con ciertas dosis
de experimentación. Aunque las alteraciones en el orden del relato de los
acontecimientos —analepsis, prolepsis, etc.— son pocas, sí abundan los cambios
de técnicas narrativas, variaciones que añaden a la lectura un encanto que de
otra forma hubiera estado ausente. Así, unas partes están contadas por un
narrador omnisciente clásico; otras forman parte de la literatura epistolar,
como si hubiéramos vuelto al siglo XVIII en las formas; otras están dominadas
por largos diálogos; otras están escritas como si de un guion cinematográfico
se tratase; y otras, finalmente, como si leyéramos una obra de teatro. A los
dos personajes principales, ya mencionados, hay que añadir sus esposas,
Hilary y Desirée, cuyas voluntades son básicas para cambiar el devenir de la
historia. Se encuentran inmersas en sociedades muy distintas, una, la norteamericana,
mucho más avanzada, pero ambas viven los primeros años de los movimientos
hippy, pacifista y de liberación de la mujer, brindando así a la obra una
modernidad que aún hoy día la mantiene fresca. A estos cuatro personajes
destacados hay que añadir toda una colección de secundarios muy bien
caracterizados y definidos. Además, y sobre todo, la novela es muy divertida:
contiene pasajes ciertamente desternillantes por los choques que reciben ambos
profesores al ser trasladados a un medio tan distinto al suyo. A pesar de la
aparente fantasía con el que está escrito, el libro posee un alto grado de
verosimilitud al haber sido inspirado por una temporada que Lodge pasó becado
en Norteamérica junto a su mujer y sus dos hijos. El autor conocía bien el
medio universitario, tanto que acabó dejando la enseñanza para vivir con más
libertad.
Si quiere pasar un buen rato y recordar
aquellos años sesenta en los que todo lo bueno parecía posible aún, este es su
libro, que tendrá que sacar de una biblioteca, porque por el momento está
completamente agotado.
David
Lodge, Intercambios. Historia de dos universidades, Barcelona, Anagrama,
1997. [Ghanging Places. A Tale of Two Campuses, 1975; traducción de
Francesc Roca].
Víctor
Espuny.
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