viernes, 28 de julio de 2023

Luis de Torres

En febrero de 2014, Mari Carmen y yo viajamos a Tortosa (Tarragona) para presentar una novela titulada El proyecto de Mariano. Se trataba de una ficción sobre una sociedad filantrópica creada en tiempos, y por voluntad, de Mariano Téllez-Girón. Era mi primera novela y estábamos muy ilusionados. El acto se celebraba en la 2 de Viladrich, la librería tortosina de más solera, un negocio familiar con más de dos siglos y medio de historia. El comercio ocupa en la actualidad un local amplio y luminoso, demasiado grande, pensábamos, imposible de llenar. Fue una sorpresa: a la hora del comienzo de la presentación el local estaba lleno, había incluso personas de pie. La mesa la ocupábamos mi tío Luis y este que les escribe, y Mari Carmen sostenía un teléfono móvil con el que grabó todo el acto. Esa grabación está colgada en You Tube, y en ella puedo ver de nuevo a mi tío y escuchar su voz.

            Luis de Torres Espuny (1935-2020) fue el segundo hijo del matrimonio formado por Fernando de Torres Anglés, funcionario municipal, y mi tía abuela Carmen Espuny Aleixendri, maestra, ceremonia que tuvo lugar en Tortosa en 1932. Fue un matrimonio por amor. Fernando era un hombre alto, atractivo, viudo y con dos hijas. Carmen —muy guapa— tenía en el momento de casarse cuarenta y dos años. Llevaba ejerciendo el magisterio desde que abandonara por voluntad propia la Escuela de Bibliotecarios de Barcelona, donde había ingresado en 1920, para poder alcanzar antes su independencia económica. Su estancia de varios cursos en esa célebre escuela de bibliotecarios, dirigida por Eugenio D’Ors, ayudaría a crear en ella un poso intelectual y un amor por la cultura que la acompañarían toda la vida y ella sabría traspasar a sus hijos. Una vez casada siguió trabajando de maestra. Carmen enviudó poco después de la guerra y fue el puntal económico de su casa, de economía siempre humilde. A pesar de ello, dio estudios a sus dos hijos: Fernando, el mayor, estudio derecho, y Luis, mi querido tío, Farmacia y Biología.

            Apasionado de la botánica, Luis de Torres Espuny fue profesor en institutos de Barcelona, Badajoz y Tortosa, becario del CSIC y miembro del alemán Bundesanstalt für Vegetationskartierung [Instituto Federal de Cartografía de la Vegetación]. Pidió la excedencia del cuerpo de catedráticos de instituto y pasó temporadas investigando en universidades inglesas y norteamericanas —en Cambridge, Sheffield y Madison—, donde colaboró en programas de formación de botánicos, tarea que también desarrolló en Tortosa y Barcelona; en la capital catalana trabajó en el Centro de Documentación y Experimentación de las Ciencias (CDEC). A pesar de esa actividad febril, sacó tiempo de algún sitio para crear una productora cinematográfica, participar activa y responsablemente en los movimientos estudiantiles de 1969 y entregarse con pasión a la interpretación dramática, pues en el carácter de Luis no parecía tener lugar el permanecer sentado. Su paso por tantos centros de estudios e investigación ha dejado una huella de gratitud que puede rastrearse en Internet y de la que es fácil sentirse orgulloso. Además dejó también varios títulos imprescindibles para el interesado en la botánica de la comarca del Bajo Ebro.

            Vuelvo a ver el vídeo de la presentación de El proyecto de Mariano. Viajo a mi infancia. Mi tío Luis, un hombre joven, aparece dispuesto a salir a la montaña a herborizar y me voy con él. Sonríe, cuenta chistes, bromea. A nuestro lado pasan mariposas, abejorros; los conoce a todos. Los atrapa delicadamente para estudiarlos y luego los deja ir indemnes. Él respeta la naturaleza como solo lo hace quien la conoce y la ama. Era Luis de Torres un mayor distinto a los demás, un señor inteligente, discreto y humilde, del que no podía imaginar cuántos méritos y reconocimientos académicos poseía. Él y su cuñada, mi tía Zoraida Burgos i Matheu —honda poetisa y narradora de las soledades y los desiertos norteafricanos—, fueron para mí faros en la oscura realidad de mi adolescencia y mi primera juventud. Mi más profundo agradecimiento a los dos.   

 

Captura de pantalla del vídeo de la presentación.

 

Víctor Espuny.

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