viernes, 26 de marzo de 2021

El agente topo

 


Esta vez nos encontramos ante otro ejemplo de la labor tan beneficiosa que puede realizar el cine al ponernos ante la realidad de la vida. Las películas deben servir para algo más que entretener a la parroquia; de hecho, solo las que van más allá del mero entretenimiento son las que merece la pena ver. Con la narrativa ocurre lo mismo.

            En este caso se trata de la vida en las residencias para ancianos, un lugar en el que es muy posible que usted y yo acabemos algún día y no viene mal, por tanto, que empecemos a conocer. ¿Cómo es la vida en su interior? ¿En qué consisten allí las sesiones de fitness? ¿Se baila en las residencias? ¿Cómo son de frecuentes las visitas de familiares y amigos? ¿Cómo de acompañados se sienten los residentes? Todas estas preguntas se contestan en la película de la forma más ingeniosa, humorística y humana, levantando el edificio descriptivo sobre la ficción de un espía de más de ochenta años que causa impresión entre las residentes, la gran mayoría mujeres, por su capacidad para escuchar. La película está interpretada por ancianos en los que cuesta mucho entrever actores y a día de hoy aún no sé si lo eran realmente. El grupo formado por el protagonista, autovalente, y dos de las residentes, sus amigas fijas, es de una ternura y una comicidad que vuelve la película inolvidable.

            Obras como esta, que nos hacen pensar en la vida que trascurre tras los muros de las residencias donde alguna vez acabaremos, y lo hacen con tanta penetración, son muy necesarias. Vaya a verla. Reirá y se emocionará como solo puede hacerse con la lucidez de la experiencia.

 

El agente topo, Chile, 2020. Dirección y guión de Maite Alberdi.

 

Imagen: Fotograma de la película.

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