Bajo el seudónimo de Saki
encontramos a Hector Hugh Munro (Birmania, 1870 - Francia, 1916), autor al que he
llegado tras su descubrimiento en Humor
fantasmal (2015), antología de Manuel Manzano para La Fuga Ediciones. El
lector ya conoce las infinitas maneras que hay de ir descubriendo autores que
merece la pena leer durante el tiempo tan limitado de que disponemos para ello,
cada vez más escaso debido a las distracciones digitales, instaladas en
artilugios pensados para impedir nuestra concentración. Malos tiempos para la
lectura estos que nos ha tocado vivir: es una actividad que requiere
recogimiento y muy pocos están dispuestos a prescindir durante horas del
artefacto ese que, seguramente, tiene ahora mismo en la mano.
Una de las maneras de conocer
autores valiosos, seguramente la más productiva, es leer, leer sin parar todo
tipo de libros y, cómo no, asistir a conferencias de personas preparadas. Pero
voy a dejar este tema para hablar un poco de la obra de Saki. De su vida,
realmente peculiar, destacan su temprana orfandad, su pertenencia a la clase
acomodada y su crianza al lado de unos familiares muy conservadores, amantes de
ritos y comportamientos preestablecidos e inamovibles por la creencia en la
conveniencia social de sus prácticas.
Acabo de leer El narrador de cuentos, una antología de
relatos cortos de Saki publicados en cuatros obras suyas: Reginald en Rusia (1910), Crónicas
de Clovis (1911), Bestias y Superbestias
(1914) y Juguetes para la paz (1923).
Existe una obra de Saki titulada The
Storyteller (1914) que por su fecha de publicación no puede ser el original
de esta traducción. El relato El narrador
de cuentos, que da título a esta antología, había sido publicado en Bestias y Superbestias. Espero que
alguien más versado en la obra de Saki pueda determinar y, si es tan amable,
compartir con nosotros, el origen exacto de esta antología.
Saki nos cuenta con mucho
humor cómo eran los personajes que conoció durante su infancia en casa de sus
familiares, porque no de otra forma puede entenderse esa fijación por situar
los cuentos en casas de campo apartadas y rodeadas de zonas boscosas, lugares
donde se reciben invitados y se agasajan de manera más o menos generosa.
Destacan cuentos en los que aparecen niños con tendencias malévolas,
generalmente nacidas de un abuso de autoridad por parte de los mayores. Hay
también una crítica más o menos sutil a la forma de vida victoriana en general
y a instituciones tan limitadoras como el matrimonio cuando este se convierte
en una simple costumbre y apenas existe comunicación entre sus miembros.
Algunos relatos parecen escritos bajo la atracción que sentía Saki por su
tierra natal, de la que volvió a Europa con pocos años y a la que volvió en su
juventud de manera temporal.
Todos los relatos comienzan en
una completa media res y su acción
transcurre de forma muy ágil, por lo que su lectura es muy amena. Los finales
suelen ser sorprendentes.
Muy recomendable.
Saki, El
narrador de cuentos, Madrid, Editorial Eneida, 2009. Traducción de Javier
Rodríguez Huerta.
Víctor Espuny.
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