El
interés por la historia de la tierra que se pisa debe ser una de las constantes
de las personas que pretendan albergar algún gramo de conocimiento. Si uno
pasea por Málaga, Barcelona o Valencia sin bucear en la historia de la ciudad
—lo mismo ocurrirá con cualquier población que se le ocurra—, se estará
ateniendo a una imagen muy superficial de la población, superficial e inexacta.
Gracias a las hemerotecas, las bibliotecas, las videotecas, las fototecas, las
pinacotecas, y casi cualquier otra colección de documentos u objetos antiguos
que imagine, podemos aproximarnos a los estados anteriores de la ciudad en
cuestión. Para decirlo en otras palabras, podremos intuir al menos cómo era la
ciudad que contemplaron los ojos de nuestros padres, nuestros abuelos y, en
general, nuestros antepasados, pues desde la llegada del ferrocarril las
ciudades han perdido gran parte de las características que las distinguieron
durante siglos. Las herramientas que permiten las transformaciones urbanísticas
cada vez son más poderosas y los cambios se operan en menos tiempo. Amén, por
supuesto, de otras muchas consideraciones sanitarias, higiénicas, sociales,
etc.
Este
tipo de reflexiones me ha llevado a leer Historias
del siglo XIX, de Sebastián Souvirón Utrera (1914-1997), un libro en el que
esperaba encontrar ayuda para forjar una imagen mental de la Málaga antigua. Se
trata de una edición facsímil de un libro aparecido en 1967 a la que se han
añadido una nota biográfica del autor y una serie de fotografías, generalmente
retratos de grupo en los que aparece Souvirón. La lectura me ha resultado de
interés para ayudar a fijar nombres y apellidos de los miembros de la alta
sociedad malagueña y antequerana —a la ciudad del Torcal dedica un capítulo— y
para poco más, la verdad. Algunos de los capítulos dedicados a los Livermore
resultan quizá de interés por las excentricidades que describen, sobre todo
aquel dedicado a la esposa del marqués de Salamanca. El problema de este libro
es la mirada tan sesgada del autor, que solo parece pensar en los integrantes
de su clase social, algo habitual en las aburridas conversaciones de salón pero
poco conveniente a la hora de hacer historia.
Para nostálgicos, esnobs y parvenus.
Sebastián Souvirón Utrera, Historias del siglo XIX, Málaga, Ciudad del Paraíso. Gestión
Cultural, s.l., 2020.
Imagen: ciudaddelparaiso.es.
Víctor Espuny.
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