Que
un ensayo como este, dedicado a ensalzar lo inútil, haya alcanzado veinticuatro ediciones en España, y en pocos años, es un hecho que debe llenar de
esperanzas nuestros corazones, aunque sus lectores
pertenezcan a esa minoría ilustrada que vive a su aire, libre de imposiciones
pero alejada de los centros de decisión, individuos que podrían tener
influencia si a muchos otros no les interesara evitarlo. Seguro que si dieran a
leer este libro a los profesionales de la economía y la prisa, si estos fuesen
capaces de encontrar tiempo para leerlo, las cosas cambiarían. A mejor.
La utilidad de lo inútil, de Nuccio
Ordine (Diamante, Calabria, 1958), es un canto a la libertad, a la posesión solo
de las cosas imprescindibles para vivir. Pero también es mucho más. Es una
defensa de las acciones contrarias a todo lo que generalmente se ha llamado «de
provecho», una expresión muy española, hoy menos usada pero muy expresiva. Una
persona de provecho es alguien que dedica sus días a la realización de acciones
prácticas, útiles, entendiendo por utilidad todo aquello capaz de acrecentar
los bienes materiales. De esto resulta que si todos fuéramos individuos «de
provecho» no existirían el arte ni ninguna de aquellas creaciones que hacen al
hombre diferente de los animales. Si nos limitamos, por ejemplo, a ganar dinero
para comprar cosas, una manera perfecta de amargarnos la vida, pronto seremos
dueños de un patrimonio que nos exigirá una atención que impedirá dedicar nuestro
tiempo a otra cosa que no sea vigilarlo y acrecentarlo, exactamente igual que
las hormigas. Aquel cuento de la cigarra y la hormiga, al que he llegado de
manera involuntaria, es perfecto para comprender cómo es la mentalidad que ha
hecho de nuestra sociedad un colectivo de millones de personas dedicadas solo a
la consecución de lo práctico, de lo útil y provechoso, una mecánica de la que
solo escapan las cigarras. En el cuento, la cigarra, que no trabaja —solo canta
y toca el violín—, recibe su merecido, muere de hambre y de frío. Recuerdo
ahora las ilustraciones de la cigarra al final de aquel cuento, dibujos que
inspiraban pena y miedo de acabar como ella. Resulta, sin embargo, que si no
hubiera individuos como la cigarra, capaces de dedicar su tiempo a menesteres inútiles, aquellos
que se realizan por el menester en sí mismo, sin pensar en provecho alguno,
nadie tocaría la guitarra en la soledad de su habitación, ni leería o escribiría
poesía. No existirían compositores, ni historiadores, ni pintores. La nuestra sería una
sociedad sin afición al arte y sin capacidad de apreciarlo, y también sin
memoria, pues la historia —piensen en qué lugar se encuentra el estudio de las humanidades en la actualidad, qué
prestigio tiene— no sería investigada por nadie, nadie la escribiría, y
seríamos sociedades sin base alguna, como individuos que despertaran una mañana
sin recuerdos y se limitaran a vivir sin entender nada de sí mismos porque no
saben qué hicieron antes, ni quiénes fueron sus padres, ni dónde nacieron y vivieron,
ni porqué hablan una lengua y no otra.
Hay que
conseguir devolver a la creación sin fines prácticos, al cultivo del arte y la
investigación sin objetivos concretos, por ellos mismos, la consideración
que tenía en tiempos antiguos y hoy ha perdido. Hay que volver a dignificar la
universidad, convertida hoy en una fábrica de empleados de grandes
multinacionales, o los museos, en la actualidad lugares que tienen poco que ver
con el mundo de las musas y mucho con el de Mercurio. Todas estas ideas, y
otras muchas —imposible resumirlas aquí—, se encuentran en este ensayo de
Ordine, también una antología de pensamientos sobre la conveniencia de lo
inútil y las desgracias acarreadas por el afán de lucro, ese cáncer que mina la
dignidad de las mujeres y los hombres. El libro, finalizado con un texto sobre
la utilidad de lo inútil escrito en 1939 por Abraham Flexner (1866-1959),
destacado intelectual norteamericano, es corto y de amena lectura, una pequeña
joya capaz de embellecer la mente de cualquiera. Aún estamos a tiempo.
Nuccio Ordine, La utilidad de lo inútil. Manifiesto. Con un ensayo de Abraham Flexner,
Barcelona, Acantilado, 2013. [L’utilità
dell’inutile, 2013]. Traducción del italiano y el inglés de Jordi Bayod
Brau.
Imagen: Retrato de Théophile Gautier, gran defensor
de la belleza de lo inútil (ciudadseva.com).
Víctor Espuny.
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