Hesse en su madurez (ersilias.com)
«En un principio me embriagó el sumergirme en el mundo de la nueva, de la novísima literatura, pero no tardé en darme cuenta de que la vida en el desnudo presente, en lo nuevo, en lo novísimo, es insoportable y no tiene razón de ser, de que solo unas constantes relaciones con el pasado, con la historia y con la antigüedad pueden facilitar una vida espiritual». De Breve historia de mi vida, Hermann Hesse (1924).
Hace unos años, no recuerdo
cuántos —diez o por ahí— un amigo me preguntó si quería acompañarlo para
intentar salvar libros de una biblioteca que iba a ser defenestrada. Le dije
que sí, por supuesto, y allí nos pusimos no siendo curas ni barberos pero
deseosos de realizar en ella un escrutinio, fuera o no donoso. Entramos en una
enorme habitación de convento y encontramos tirados por el suelo como si fuesen
ladrillos varios cientos de libros. Aquello era desolador. Salvé unos
cincuenta. Este de Hermann Hesse (1877-1962) fue uno de ellos.
Infancia de un mago es un libro de
relatos, algunos de ellos autobiográficos, escritos entre 1910 y 1932, en la
misma fructífera época en la que Hesse escribió las novelas El lobo estepario (1927), tan celebrada
por la crítica pero tan oscura, y la luminosa y nunca bastante elogiada Siddhartha (1922), una de mis novelas
preferidas, un canto al mundo del espíritu y los placeres intelectuales que
animo a leer a cualquiera. Las dos novelas pueden rastrearse en estos cuentos.
El primero de ellos, que da nombre al volumen, cuenta detalles de la infancia
del autor que ayudan a entender su inclinación por las culturas de la India y
el Extremo Oriente. Otro hay titulado exactamente El lobo estepario. Trágico,
protagonizado por el anciano cajista de un periódico, es una emocionada defensa
del conocimiento y el buen uso de las reglas gramaticales, tan perseguido por
ignorantes, perezosos y vacuos innovadores. Muchos de los relatos nos acercan
personajes inspirados en el mismo Hesse, personas de fuerte carácter y criterio independiente. Hay dos, La
ciudad (1910) y El pájaro (1928),
profundamente ecologistas. El primero narra el proceso de destrucción de la
naturaleza por el hombre creyendo en su reversibilidad, la suya es una fe que
hoy emociona, y el segundo, quizá el mejor de todo el libro, un canto a la
defensa de las creencias populares basadas en la existencia de animales
míticos, protectores de los hombres, en este caso el pájaro de Montagsdorf, de
mirada casi humana, estudiado desde el punto de vista de un moderno ornitólogo.
No
estoy seguro, pero es probable que este libro como tal nunca fuera publicado en
vida de Hesse, solo sea resultado de una recopilación posterior de
cuentos suyos. Una interesante lectura para amantes del escritor alemán.
Hermann Hesse, Infancia de un mago, Buenos Aires, Editorial Simbad, 1978.
Traducción de Eric V. Jannissek.
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