lunes, 17 de agosto de 2020

El sueño de un hombre ridículo. Bobok. La sumisa, de F. Dostoyevski


Imagen de ajoblanco.org

Este libro contiene tres relatos escritos por Fiódor Dostoyevski (1821-1881) entre 1873 y 1876, según creo. El dato no tendría mayor importancia si no nos ayudara a situar su redacción en el periodo mejor de su escritura, cuando estaba, digamos, más inspirado, ya mayor y maduro.
El sueño de un hombre ridículo contiene una de las mejores descripciones de la mítica Edad de Oro, cuando no existían propiedades, maldad, celos o deseos de posesión de una persona sobre otra, cuando la ciencia no era necesaria, aun antes del nacimiento de brujos, hechiceros, chamanes y otros manipuladores. El amor es libre, los hijos son de todos y criados por la comunidad. Para los interesados en la ideología del movimiento hippie su lectura será profundamente iluminadora. Vuelve a aflorar el sentimiento de culpabilidad y la autocompasión habituales en las narraciones del autor ruso, pues el protagonista-narrador se considera pervertidor de esa sociedad ideal que ve en sueños.
Bobok, un relato de crítica social, cuenta los diálogos escuchados en un cementerio por un asistente a un entierro. Los dialogantes son los difuntos, que en su nuevo estado, cuando ya no pueden alcanzarles los castigos de los hombres, cuentan con jactancia los abusos que cometieron en vida, la mayoría de ellos relacionados con delitos económicos, apropiación de un dinero que no les pertenecía, a menudo destinado a viudas pobres y huérfanos.
La sumisa, el más extenso de los tres, comienza con un recurso técnico extraordinario por su dramatismo: una persona acaba de morir y su cadáver es velado por alguien muy cercano a ella. Este arbitrio, que aparece precedido por una interesante reflexión sobre la verosimilitud en literatura, tiene muchas ventajas, por ejemplo lo fácil que puede resultar convertir la narración en monólogo teatral —recordemos Cinco horas con Mario—, y algún inconveniente, como tener a nuestra disposición solo un punto de vista de la historia, circunstancia, por otra parte, muy habitual en la vida. La difunta es una jovencita de solo dieciséis años y el narrador-protagonista, su marido, un señor de cuarenta y uno. El lector no sabe cómo ha muerto la mujer ni cómo ha podido celebrarse un matrimonio tan desigual, pero todos los misterios van a ir desvelándose durante la lectura. Lo mejor del relato es cómo desnuda su alma el hombre, a quien vemos como una persona odiosa por entender el amor como ir a la compra y considerar a la mujer como una propiedad más. Lo más impresionante de toda la historia son los silencios de ella, pobre infeliz, atrapada en la cárcel que suponía, y supone, ese tipo de matrimonios. El relato es cautivador. Muy recomendable.

Fiódor Dostoyevsky, El sueño de un hombre ridículo. Bobok. La sumisa, Madrid, Alianza, 2011. Traducción de Natalia Dvórkina.

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