Cadillac Eldorado del 59 (F.: hagerty.com)
Novela
escrita en primera persona y con un uso lineal del tiempo. Cuenta las peripecias vividas por Georges Gastin
durante un viaje realizado en solitario por buena parte de los Estados Unidos
en 1965 a bordo de un Cadillac blanco modelo Eldorado de 1959. Se trata de uno
de esos vehículos norteamericanos de cuatro ruedas con dimensiones y formas
extraordinarias, inimaginables en un vehículo europeo. La trasera del vehículo,
sobre todo, es descomunal, con unos altos alerones verticales en los que se
insertan dos pares de pilotos con formas de un aerodinamismo alucinado. Es el
coche ideal para una pandilla de jovencitos deseosos de llamar la atención.
Jim
Dodge (California, 1945) no ha venido siendo un escritor especialmente
prolífico. No se desvanece, según
creo, fue su segunda novela, precursora, y antecesora en tres años, de su
célebre Stone Junction, leída y
disfrutada por mí hace un año y reseñada en El
sendero perdido. De nuevo vuelve Dodge a los que parecen sus temas
predilectos, presentes también en Jop.
La lista será discutible, como todo intento de sistematización, pero creo que
incluye de manera clara: alabanzas de la vida independiente; rechazo a todo lo
que represente autoridad y/o represión; defensa del uso de las drogas como
medio de autoconocimiento y estimulación sensorial o sicomotriz; elogio de la
vida nómada, de camino; enaltecimiento del amor romántico y la práctica de
acciones bondadosas; y —acabo aquí pero podrían agregarse otros temas
secundarios— elogio de las corrientes musicales centrales del siglo XX (Góspel Jazz,
blues, Rhythm and Blues, Rock and Roll…) y revalorización de compositores poco
conocidos pero muy escuchados, como Mama Thornton y Otis Blackwell. Los
protagonistas de sus novelas suelen ser hombres muy inquietos, poco dados a la
sobriedad, románticos y perseguidos. En el caso de No se desvanece (Not Fade
Away), título tomado de la célebre canción de Buddy Holly popularizada por
los Rolling Stones, se trata de un hombre joven que intenta por todos los
medios realizar un original homenaje a los fallecidos en el accidente de avioneta
ocurrido en 1959 en el que murieron el piloto y Buddy Holly, Ritchie Valens y The
Big Bopper, los tres últimos importantes precursores del Rock and Roll. La novela puede
considerarse también un homenaje a En la
carretera, de Jack Kerouac, con quien guarda indudables similitudes.
En
definitiva, un relato lleno de sorpresas, inspirado por las inquietas biografías
de los beatniks y no apto para
lectores simpatizantes de corrientes e instituciones represivas.
Jim
Dodge, No se desvanece, Barcelona,
Alpha Decay, 2017. [Not Fade Away,
1987]. Traducción de Ana Herrera.
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