El lago de Annecy (campingfrance.com)
Circunstancias
que no vienen el caso han puesto a mi disposición una biblioteca.
Entiendo por biblioteca un conjunto de libros, quizá más de veinte; con ese
número me conformo para un tiempo, unos meses. Hay muchos de los que había oído
hablar pero aún no había leído y otros de los que ni siquiera conocía su
existencia. El que acabo de leer estaba entre los últimos.
El adversario, de Emmanuel Carrère (París,
1957), es una novela de no ficción producto de la atracción que sintió su autor
por un hecho criminal, no tanto por el hecho en sí —actitud que podría resultar enfermiza— sino por el entendimiento de las razones que pueden llevar a su
comisión. Puede considerarse un trabajo cercano al realizado por Truman Capote
en A sangre fría.
Jean-Claude Romand, un padre
de familia, ha asesinado con frialdad y premeditación, y en el mismo día, a su
mujer, a sus dos hijos y a sus padres, dos viejecitos con los que acaba de
comer. Eso lo sabe el lector desde la primera página de la novela. Esos hechos
ocurrieron en Francia en enero de 1993 y debieron tener amplio reflejo en la
prensa europea, sobre todo francesa. Imagino, además, que la novela de Carrère
fue un éxito de ventas en aquel país. Sin embargo, y a pesar de la aversión que
he sentido siempre por los superventas, lo he leído. Quería ver cómo había sido
el trabajo del escritor.
Puedo decir que me ha gustado.
El escritor consigue entablar comunicación con el asesino, con su abogado, con
los familiares supervivientes, con algunos amigos de la pareja, con las
personas dedicadas por humanidad al cuidado de los presos y construye un relato
sólido, a menudo espeluznante, de los hechos. Pero lo mejor de todo es el
análisis sicológico que realiza de Jean-Claude. Carrère indaga, se pregunta,
investiga y llega a determinar las razones que pueden llevar a una persona en
apariencia feliz y equilibrada a convertirse en el destructor de lo más
querido. Los paisajes que rodean la residencia de los Romand, esas bucólicas estampas
que guardamos en nuestra imaginación de la zona fronteriza entre Francia y
Suiza, extreman el dramatismo de la novela.
Emmanuel Carrère, El adversario, Barcelona, Anagrama, 2019. [L’Adversaire, 2000]. Traducción de Jaime Zulaika.
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