martes, 3 de noviembre de 2020

Mercaderes y banqueros de la Edad Media, de Jacques Le Goff

 

San Gimignano

            Librito de apenas ciento cincuenta páginas que va a acrecentar nuestros saberes sobre la Edad Media de forma notable y amena. Su autor, el célebre medievalista francés Jacques Le Goff (1924-2014), lo ideó, creo, con afán divulgativo, de manera que no posee notas al pie y su contenido está repartido en capítulos y subcapítulos de corta extensión. Le Goff toca todos los aspectos de la vida de los comerciantes de Europa occidental en la Baja Edad Media, principalmente de los más exitosos, los italianos. Describe cómo era eran sus métodos de trabajo, qué relación mantuvieron con los poderes eclesiásticos, reales y nobiliarios a lo largo de los siglos, qué lugar ocupaban en la sociedad, a dónde viajaban, cómo lo hacían, qué importaban, qué exportaban, cómo se veían a ellos mismos, qué cambios se produjeron gracias a su influencia en la educación, en el cómputo del tiempo, en la caligrafía, en la contabilidad, etc. A pesar de las evidencias indiscutibles de  materialismo y de la cerrada defensa de la racionalidad de los comerciantes —que ponen las ganancias por encima de todas las cosas—, Le Goff, muy profesional, los trata de manera neutra, sin que sus opiniones personales interfieran en el discurso. Tras la lectura del libro, y si no lo había hecho antes, el lector comienza a ver las conexiones que han existido siempre entre el dinero y el poder. Gracias a su inteligencia, su arrojo y su perseverancia, los grandes comerciantes se convierten en poderosos propietarios, capaces de influir en la política de manera decisiva, a veces con la connivencia y el apoyo económico del papado, así como en las artes, que protegen como mecenas muy a menudo por el prestigio social que acarrea ese patrocinio y por la inversión que creen estar haciendo, no porque sean especialmente sensibles al arte. De todas formas, el autor también analiza la manera en la que evoluciona la mentalidad en el devenir de las generaciones de una misma familia de comerciantes, advirtiendo cómo las primeras dedican más sus esfuerzos a la consecución del capital y las siguientes a su disfrute, acción esta última que suele incluir el cultivo del espíritu.

            La impresión general permanente tras la lectura es de continuidad. El capitalismo de origen industrial fue la evolución lógica del comerciante, producto, simplemente, de una revolución tecnológica. Las bases de todo estaban sentadas desde el medievo.

 

Jacques Le Goff, Mercaderes y banqueros de la Edad Media, Madrid, Alianza Editorial, 2010. [Marchands et banquiers au Moyen Âge, Le Seuil, 1957]. Traducción de Damià Bas.

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