Se trata de un drama lleno de
tensión, en la que apenas hay lugar para una sonrisa. Los actores necesarios
para interpretarlo son solo cinco, uno de ellos, además, con un papel muy
corto, lo que vuelve la historia fácilmente inteligible y fácil de seguir. Se trata
de una familia —padre y madre casi en la ancianidad y dos hijos ya no tan
jóvenes—que sigue unida a pesar de las conductas autodestructivas de todos sus
miembros, adictos a diversas drogas, los hijos desde su infancia por esa
inconsciencia que existía en muchas casas de la peligrosidad del alcohol. Al
principio del primer acto, justo después de desayunar, creemos estar ante una
familia feliz, al menos equilibrada, pero poco a poco vamos descubriendo el
drama vivido por todos los personajes, siendo el de la madre el de mayor
gravedad. Con la lectura uno aprende a conocerla y a quererla —Mary se llama—,
entiende cómo ha llegado hasta el estado en el que se encuentra y sufre con
ella el infierno del morfinómano. La acción cubre un solo día.
La
obra, completamente autobiográfica, fue escrita en 1940. Eugene O’Neill (1888-1953)
la entregó al editor en 1945 con el ruego de esperar veinticinco años tras su
muerte para publicarla y poder ser representada. No sé si luego hubo otro acuerdo
pero ya se representaba a mediados de los años cincuenta, aunque en ese momento
habían muerto todos los protagonistas. El lector curioso, y con tiempo, podrá
indagar sobre la manera en la que la sociedad, siempre tan hipócrita, recibió
una obra tan valiente. Charles Chaplin, yerno de O’Neill, fue, seguramente, uno
de los que entendió la necesidad que tuvo su suegro de escribir algo así: uno
solo puede acallar sus demonios interiores enfrentándose a ellos. Y los de O’Neill
eran espeluznantes.
Eugene O’Neill, Largo viaje hacia la noche, ed. y trad. de Ana Antón-Pacheco.
Madrid, Cátedra (Letras Universales), 2016 (9ª ed.; la 1ª es de 1986). Long Day’s Journey into Night, 1956.
Imagen: Eugene O’Neill, su hermano y el padre.
Eugene es el más pequeño, el que lee el libro. La fotografía debió ser tomada sobre 1902. (Dominio público).
Víctor Espuny.
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