Imagínese
que tuvo unos abuelos maternos suizos de lo más acomodado y viajero y que estos
dejaron decenas de películas, filmadas con buen pulso, de viajes realizados
durante los años 40, 50 y 60. Partiendo de esa base, y añadiendo algún corto
rodaje propio para dar continuidad y explicar ciertos pasajes que parecían
oscuros, usted puede imaginar una historia completamente inventada sobre esa
pareja de edad madura y en apariencia sin hijos que aparece en las imágenes.
Luego puede contar la historia con una voz en off o a base de subtítulos. Nuria Giménez Lorang opta por esa
última vía, dejando la cinta muda durante la mayor parte del tiempo y
sonorizando solo los pasajes que necesitan ser acentuados por alguna razón. La
directora imagina un diario de la mujer y de él entresaca frases y citas literarias
que aparecen escritas en la pantalla. De esa forma, envuelto en silencio casi absoluto y sentado en la oscura sala del cine —pantalla grande de verdad,
no esas ridiculeces que hay en las casas a pesar de comerse una pared entera del
salón—, el espectador asiste durante más de una intensa media hora a los
periodos de estabilidad, crisis y doloroso fracaso de la vida de una mujer mientras
visita Nueva York, Los Ángeles, Barcelona, Mallorca, Roma, París, Londres,
Normandía, los lagos del norte de Italia, Venecia, Florencia, todas esos
conocidos, y hoy tan turísticos lugares, detenidos a mediados del siglo XX y
poblados por personas ya difuntas, fantasmas que se mueven rodeados por un
silencio ensordecedor. Ella es la narradora y la principal perjudicada de la
historia. Su marido, un vividor superficial, se desenvuelve feliz en un mundo
hecho a su medida, donde medra sin escrúpulo alguno. Curiosa película.
My Mexican Bretzel. España. 2019. 73 min. Guión y dirección de Nuria Giménez Lorang. Fotografía y reparto de Ilse G. Ringier y Frank A. Lorang.
Víctor Espuny.
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