Fotografía de Louis Gardella. Nueva York en 1968.
El Queen Elizabeth en el plano medio.
Obra del autor austriaco
publicada de forma póstuma —fue la última que escribió—, posee un comienzo tan visual
que resulta modélico. Son los minutos previos a la salida de un transatlántico
que hace la travesía entre Nueva York y Buenos Aires. Estamos a comienzos de
los años cuarenta o a finales de los treinta. El lector va recorriendo con la
mirada las distintas partes del buque y la bulliciosa agitación que se vive en
cada una de ellas. Hay emoción, nervios, despedidas, niños que corren por todos
lados y acompañantes que apuran los últimos instantes antes de tener que
abandonar el barco. Esos momentos previos al inicio del viaje están tan bien descritos
que el lector se introduce de manera suave y complacida en la historia, sin
advertir disonancias ni exigencias lingüísticas excepcionales. Es un comienzo propiciatorio.
La historia, relatada en primera persona por un narrador homodiegético —presente
en la acción—, parece centrarse en la figura de un campeón mundial de ajedrez,
pero acaba dedicada, con absoluta brillantez, a un rival en el juego que el
campeón encuentra en el buque, el señor B., un personaje que se ha visto obligado
a salir de Austria por motivos políticos, impelido por la necesidad de salvar
su vida ante el avance de los nazis. Creo que este personaje tan lúcido, tan
atormentado, refleja muchas de las preocupaciones y algunas de las vivencias de
Zweig, que se suicidó poco después de redactar esta novela. Aunque parece muy centrada
en el mundo del ajedrez, la obra, muy corta y envolvente —se lee en una tarde—,
puede ser disfrutada por cualquiera, aunque no haya movido una pieza de ajedrez
en su vida. Ojalá Zweig no hubiera puesto fin a su existencia y nos hubiera dejado
unos cuantos libros más: se fue con solo sesenta y un años y en un estado de
forma intelectual tan bueno como para ser capaz de escribir una obra así. La suya
fue una gran pérdida para el mundo de las letras.
Stefan Zweig, Novela de ajedrez, Barcelona, Acantilado, 2023; vigésima
reimpresión de la primera edición, del año 2000. [Schachnovelle, 1942; traducción
de Manuel Lobo Sierra].
Víctor Espuny.
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