Ali Smith (Foto: elplural.com)
Se
trata de un libro de relatos, doce en total, cada
uno situado temporalmente en un mes del año. La acción
transcurre en época contemporánea, característica que, unida a la sencillez del
lenguaje —sencillo no quiere decir poco trabajado, solo libre de artificios o
rebuscamientos—, hace su lectura muy fácil y entretenida. Los protagonistas de
las narraciones son invariablemente mujeres, mujeres que aman mujeres, árboles
y libros, no necesariamente en ese orden. Lo mejor de La historia universal es, a mi entender, el dominio de los puntos
de vista narrativos. La mayoría de los cuentos contienen un cambio del mismo a
mitad del relato que nos ayuda a comprender mejor la complejidad de las
relaciones humanas. Son destacables los titulados Rápido, Mayo, Créeme —los tres centrados en relaciones
amorosas— y, sobre todo, Paraíso. En
este último se cuenta la historia de las hermanas McKinlay, cómo trascurre su
vida en Inverness, lugar de nacimiento de la autora, cualquier cosa menos un
paraíso a juzgar por su lectura. El club
de lectura cuenta la nula relación de los padres de la narradora —en este, como en otros relatos, un alter ego de Ali Smith (1962)—
con la literatura y los libros, y las resistencias familiares que tuvo que
vencer para poder estudiar y llegar a ser quien es. El primero de todo el libro,
ambientado en el mes de febrero, se titula La
historia universal. Transcurre en una librería de libros usados. Por
momentos, uno no sabe quién lo protagoniza, si la librera, una mosca común, Mia
Farrow o Scott Fitzgerald. Sencillamente antológico.
Ali Smith, La
historia universal y otros cuentos, Madrid, Nórdica, 2019. [The Whole Story
and Others Stories, 2003]. Traducción de Magdalena Palmer.
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