miércoles, 8 de julio de 2020

Vendeja 5 y último. Picasso


Picasso por TVBOY. Técnica mixta

            Hijo de pintor y habitante de puertos de mar durante su feliz infancia —Málaga, La Coruña, Barcelona, muchas mujeres y él, único niño—, Pablo se acostumbró pronto a ser el rey. Allá donde iba intentaba imponer su visión de las cosas. Vivió en Horta. Llevaba la deconstrucción de los objetos en su mente desde mucho antes de ser consciente de ello. Pintó burdeles catalanes que algunos piensan franceses. No quería saber nada de Málaga, decía, pero aquella ciudad industriosa e innovadora de su infancia, población de fuertes contrastes, luminosa y llena de humeantes chimeneas a un tiempo, inoculó en su sensibilidad la inevitable modernidad del siglo XX, la ruptura, el grito. Pablo fue siempre ese niño mimado y egoísta, fuerte, de mirada única.
Unos bárbaros —los bárbaros del presente viven entre nosotros (desprecian todo lo que no ven en una pantalla)— se han dedicado a despegar la imagen que TVBOY creó de Pablo. Ya le falta todo el hombro derecho. Otras imágenes de la serie, las de Pepa Flores y Antonio Banderas, también han sido agredidas.
Los murales peligran.

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